En un lugar de mi recóndita mente, surgió ante mi un sentimiento que hacía tiempo que no sentía, la incertidumbre de que hacer el segundo siguiente, y el minuto siguiente y la hora siguiente. De repente, se abrieron ante mis ojos miles de posibilidades, pero ninguna era lo suficientemente buena como para satisfacerme. Surgió el aburrimiento, y con él, la soledad
que me acompaña en este cuarto donde escribo. Me pregunté como podía combartirla y me dije que me rodeara de personas, pero muchas veces, estas personas también vive aletargadas en un sueño, sin anhelos, y no son la mejor compañia. Así que me quede solo, aquí frente al ordenador, este simpático "robot" en el que pasamos de estar solos, a sentirnos de nuevo en el calor negro de su abrigo. Y con el llegó la noche y el silencio, lo propicio para leer un buen libro o escuchar algo de buena música y de repente oí un ruido de una puerta que se cerraba. Por fin abandonaba la soledad y me quedaba solo, pero con otra clase de sentimiento, un sentimiento de intimidad cálida.¿Cómo lo consegui?, me pregunté, y hallé la respuesta en seguida...había abierto mi corazón a ustedes y habia hecho público, es decir , habia expresado lo que sentia, y asi la incertidumbre y la soledad, por fin se disolvieron.
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