Había veces que no lograba conciliar el sueño a la primera y
hoy era una de esas noches, me levanté y me puse frente al ordenador para
ordenar un poco mis pensamientos mientras escribía. El cigarro caliente ardía
entre mis manos y bocanadas de denso humo entraban y salían de mi garganta,
dibujando en el ambiente la figura de una hermosa mujer que me sonreía. La
radio de un vecino en la lejanía, en la que se oía música clásica, hacia las
veces de banda sonora para aquella película de fantasmas, de repente otra
bocanada de humo y un dragón se comió a la mujer y salió volando por la puerta
de la terraza en el mismo instante que yo apretaba con frenesí el cigarro
contra el cenicero.