martes, 7 de febrero de 2012

Días grises con cielos despejados
como nubes de desilusión
que desaparecen con las puestas de sol
y al desaparecer
empañan con su vaho el cristal de mis gafas
y con su agua humedecen mis ojos.

Noches apacibles con su Luna plateada
que dan paso al mundo de los sueños
donde todo es aparente
donde nada es imposible.
Sueños de cristal que se quiebran al amanecer,

Horas de espera, esperando que se agiten
los corazones divididos o rotos
para que latan de nuevo
con el pulso del fuego.

Gente que viene y que va
desde un mismo punto de partida
hacia un mismo final.

Lluvia de lágrimas por el que se fue
y por el que vino

Amor genuino que se esconde
detrás de los muros de los muros de la insatisfacción.

Cruces de plata y de oro
Budas sentados,
vientos afilados que nos llevan al Tao
músicas de oriente
que nos hacen girar a la par que la Tierra

Civilizaciones perdidas y olvidadas
de las que somos testigos mudos

Banderas que se agitan,...
pero un solo MUNDO
al fin y al cabo.

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